¿Hay algo tan hermoso como el primer amor? Confiar en alguien por primera vez, con total inocencia, descubrir sensaciones nuevas, entregar nuestro corazón, el primer beso… son momentos únicos que quedan grabados en nuestra memoria y aún de adultos, siguen arrancándonos suspiros o, al menos, generando alguna sensación interna.
Algunas personas creen que el primer amor marca la vida sentimental futura de esta persona, por la carga y las expectativas que se ponen en esa relación. O que no se olvida nunca, en especial si fue muy apasionado y feliz, y de algún modo quedan tan atascados en el recuerdo, que les resulta imposible volver a enamorarse o a conformar una pareja exitosa, ya que comparan a todos con esa persona (mejor dicho, con el recuerdo que tienen de esa persona) y pareciera que nadie llega a igualarlos.
Aunque el primer amor no siempre hace sufrir, a veces se trata de un amor no correspondido, y sabemos lo que no se transforma en realidad queda en la imaginación y en el deseo eternos, como aquellas grandes pasiones que no pudieron concretarse (Romeo y Julieta, por ejemplo).
La época de la adolescencia es típica para idealizar – tenemos menos responsabilidades, no trabajamos, nuestra familia vela por nuestro bienestar – y contamos con todo el tiempo del mundo para pensar y dedicarnos en nuestro amor. Creo que el recuerdo de este amor se mezcla con el de una época maravillosa, muy distinta de la actual (nuestra realidad como adultos con obligaciones).
Uno se enamora de manera diferente con el correr de los años. Por nuestros cambios internos y las experiencias acumuladas, la manera de enamorarnos no es la misma en la adolescencia que con el correr de los años, pero realmente se puede volver a sentir amor a cualquier edad, si nos abrimos a la posibilidad de que esto suceda, y dejamos el pasado en su lugar, atrás, como un lindo recuerdo.
¿Recuerdas a tu primer amor?
Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas
martes, 23 de octubre de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)